¿Por qué puerta entraste,
a desmadrar mis sentimientos?
Corazón de niño soldado,
que ves, en cada gesto,
una excusa para una guerra fría.
Has anhelado mil batallas
contra ti mismo,
y las has ganado todas.
Pequeño príncipe del valor.
Apenas quedaba en tu camisa
una pequeña mancha de sangre.
pero tu corazón ya estaba herido de muerte
pero tu corazón ya estaba herido de muerte
con cada sueño.
¿Que han sido hoy, amigo
de esos duendes?
¿Donde fue a parar el James Bond
de tu infancia?.
Bajas los ojos y no me contestas.
Te alejas mudo a tu oficina,
a rellenar el mismo impreso de
ayer,
de mañana, de siempre.
Me llamas por teléfono y me dices
que es duro ser hombre.
Me entero de que tu mujer te ha
dejado,
y se ha llevado a los niños.
En la tertulia, un amigo me ha
dicho
que te has vuelto a casar con una
mujer
mas joven que tú.
¿ Aún no sabes que los juguetes de
tu infancia
se los dio tu madre a un trapero ?.
Ayer vi a María.
Me contó que los niños salían
adelante.
La pregunté por ti y me dijo que
estabas bien,
pero me dedicó una sonrisa y bajó
la vista al suelo.
Fuimos a tomar chocolate.
Apenas hablamos.
Se le escapo una lagrima.
Ya era tarde y nos dijimos
adiós.
Hoy me he enterado de tu muerte.
Dicen que un extranjero borracho
destrozó tu coche y se llevo tu
vida.
Quiero pensar que tienen razón,
los que apenas saben.
Quiero pensar que ahora eres feliz,
de verdad.
Quiero pensar que el trapero aquel
te ha devuelto,
por fin,
por fin,
los juguetes de tu infancia.
Mi querido guerrero.
Adiós.
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