te me vendiste, diosa,
si, te me vendiste al todo poder
de la marca,
el glamour,
el ocho por ciento,
las cenas de gala,
los lunch en casa míster x
y las presentaciones en el Corte Inglés
con los fotógrafos del ABC.
claudicaste, por mor de la posteridad, ¡claro!,
al reconocimiento,
al ego,
y todo eso que hace mojarte las bragas cada noche
recordando cómo te echó un piropo (seguramente forzado)
ese señor de gris, impostor de dentadura blanquecina,
ojos lascivos y piedad innata.
no te cansas de repetirnos
que sigues siendo libre
revolucionaria y comunista;
pero tu armario esconde ya dos Armani
y un Tom Ford.
en tu mesa un encargo sobre poesía lésbica
en el siglo XVIII.
y nos dices, entre bromas
que donde esté una buena caña
se quite el Veuve Clicquot.
(y nos explicas, a los ignorantes,
que es un champagne francés
de la casa de Louis Vuitton)
¡ah!
¡ven!
dame un último beso
y que te vaya bonito.
si, te me vendiste al todo poder
de la marca,
el glamour,
el ocho por ciento,
las cenas de gala,
los lunch en casa míster x
y las presentaciones en el Corte Inglés
con los fotógrafos del ABC.
claudicaste, por mor de la posteridad, ¡claro!,
al reconocimiento,
al ego,
y todo eso que hace mojarte las bragas cada noche
recordando cómo te echó un piropo (seguramente forzado)
ese señor de gris, impostor de dentadura blanquecina,
ojos lascivos y piedad innata.
no te cansas de repetirnos
que sigues siendo libre
revolucionaria y comunista;
pero tu armario esconde ya dos Armani
y un Tom Ford.
en tu mesa un encargo sobre poesía lésbica
en el siglo XVIII.
y nos dices, entre bromas
que donde esté una buena caña
se quite el Veuve Clicquot.
(y nos explicas, a los ignorantes,
que es un champagne francés
de la casa de Louis Vuitton)
¡ah!
¡ven!
dame un último beso
y que te vaya bonito.
No hay comentarios:
Publicar un comentario