Donde el cielo azota el semblante.
Desde donde se observan las lujurias
y los quebrados arrozales.
Donde al parpadeo de los faroles
se descubren las sombras de los amantes
y los asesinos.
... Donde las estrellas van dictando
sus conjuros y nos observan
boquiabiertos.
Donde el gato Felix nos mea,
y la paloma Pascasia nos recita a Sade.
Él, que cubre nuestras vergüenzas,
nuestros miedos y nuestros dioses.
Desde donde nos llegan los mimos,
sobre ondas o filamentos
y las imágenes que nos despiertan
y nos aborregan,
o los sonidos que nos bailan.
¿Quién está en el tejado
que vilmente nos roba los sueños
cada noche?
(pablovalladolid)
No hay comentarios:
Publicar un comentario